Aun cuando los comunicados oficiales de ambos Ejércitos señalan el final de la batalla el día 16, la realidad fue que Flix no se ocupó hasta las 7 horas del día 17 de noviembre, “por haberles sorprendido la noche a las vanguardias nacionales en Montredó y estimar el Mando sumamente temerario adentrarse en el pueblo, defendido hasta última hora” nos manifiesta el teniente de Farmacia de la 152 División, José B.B., vecino de Flix, que se dirigía a la villa en busca de sus familiares y fue aconsejado por los mandos de la 84 División a desistir de su empeño.
Cualquier sorpresa podía ser possible, pues los restos de las tropas republicanas pertenencientes en su casi totalidad a las Divisiones 35 y 45 Internacionales, 42 44 y 3ª, muy mezcladas,reembarcaban hacia la otra orilla, mientras camiones, impedimenta carros de combate y artillería pasaban por la presa de Flix, utilizando asimismo el transbordadoraéreo de "Riegos y Fuerzas del Ebro", empresa concesionaria del salto hidroeléctrico en construcción al iniciarse la guerra civil y el puente de hierro, situado a un kilómetro aguas arriba del azud, objeto de continua hostilización aérea. Sin ser molestados por el enemigo, acampando en Montredó, las unidades republicanas evacuaron material y hombres hasta la 18 horas, volando el puente de hierro y destruyendo las instalaciones del telesférico. La lluvia y escasa visibilidad favoreció el paso de las fuerzas que cubrían la retirada de manera que la entrada en Flix, por las vanguardias nacionales se produjo sin resistencia ni contratiempo alguno, salvo hostilización artillera desde la orilla izquierda en las primeras horas de la mañana del jueves día 17.
La Batalla del Ebro había terminado.
Lluís M. Mezquida i Gené. La batalla del Ebro. Asedio y defensa de Gandesa en sus aspectos militar, económico, demográfico y urbanístico.Diputació de Tarragona, 1997
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